Esta ciudad que ya no es mía
me implora que me quede,
que pise sus calles con poesía,
que desnude sus secretos.
Esta ciudad que ya no es mía
sabe que la engaño pero no le importa.
Sabe que sueño la montaña
mientras ella duerme.
Esta ciudad que ya no es mía
quiere que me resuma en ella;
no ve que lo único que anhelo
es olvidar los edificios en altura.
